Mariela tenía todo bajo control: su médico de confianza, el plomero que la había salvado más de una vez y el contador que le llevaba los papeles desde hacía años.
Pero un día, un choque menor la dejó sin auto por una semana. Llamó al número de su aseguradora, esperó, reenvió mails, explicó mil veces lo mismo... y nadie aparecía.
Recién entonces se dio cuenta de que no tenía ni idea de quién era su asesor de seguros.
La frustración no era solo por el siniestro, sino por la sensación de estar sola. Porque tener seguro no es lo mismo que tener un asesor de confianza que te acompañe, te explique y se haga cargo cuando realmente lo necesitás.
Así como confiás en tu médico o en tu abogado, tu asesor de seguros debería ser esa persona que te conoce, que sabe qué coberturas tenés y cuáles te faltan, que te llama antes de que vos lo necesites.
Tu tranquilidad también se construye con confianza.
Consejos prácticos:
✔️ Asegurate de saber quién es tu asesor.
✔️ Guardá su contacto y hablá con él al menos una vez al año.
✔️ Revisá tu póliza: ¿refleja tu situación actual?
✔️ Si nunca te llamó o no sabés cómo ubicarlo, buscá uno que sí esté presente.
Tu seguro debería darte seguridad, no dudas.
📲 Si querés revisar tu póliza o simplemente tener un asesor que te escuche y te acompañe, escribime por WhatsApp y lo vemos juntos.